marzo 23, 2010

Cosas de amor

*/Para los ingenuos e inocentes hacedores (conscientes o inconscientes) de revoluciones mentales. Para ti, mi versión personal (inconsciente) de lo mismo./*


Hay un tiempo en que lo racional suena perfecto. Y sabe perfecto.
Aún cuando halla existido más de una historia que se notase por su carencia.
Cuando el pretérito "avanza" y desaparece, abre, como es de suponer, un nuevo espacio.
Las tonalidades retornan a los artísticos claro-oscuros, y a los violetas sensuales de la atropellada rutina.
Renacen de entre los escombros el cinismo que deleita y la ironía que hipnotiza.
He aquí cuando, como decía, lo racional es perfecto.

Pero alguna vez alguien dijo que solo lo perfecto es imperfecto.
Situación que paradójicamente nos lleva a suponer que solo lo imperfecto se acerca todo lo posible a ser perfecto.
Racionalidad, que podemos entender como una manera de control sobre las cosas a partir de pensamientos objetivos.
Si se suprimiese aquello racional que se dice perfecto,sería muy probable que se atribuyese entonces, a cosas de amor.
Cosas como la difracción de la luz, que soberbiamente da paso a la campana completa de colores.

Sin embargo, ¿porqué razón alguien desearía perder el control? ¿quién optaría por suprimir lo objetivo?
Quizá nadie tomaría la decisión de hacerlo.
Nos entendemos.
Pero existe un problema.
No se puede explicar el hecho de algo que no se explica.
No de puede analizar algo que en esencia es un antagónico perfecto a lo racional.
El problema radica en que no existen palabras para dar a entender algo que no debe entenderse, porque si se pudiese entender ya no sería.

Por eso sonaba perfecto, porque se controla, se analiza y se entiende.
¿Querría decir entonces que preferimos el control por comodidad?
De una u otra manera...tampoco se decide.
Son cuestiones que ocurren y se quedan, y permanecen y se muestran recias a irse.
Pero se van, y vuelve lo perfecto.
Lo perfecto que incompleta las vidas, lo perfecto que adopta una postura ligera, y lo perfecto que funciona cual venda en los ojos, venda en la vida misma.

Pero aveces sucede y cuando sucede, la física pierde crédito.
Los colores ganan matices y difuminan sus sombras.
El tiempo mismo se desintegra en su propia relatividad, porque pasa de ser un aspecto "medible" a un simple adorno.
Ocurre también que el mundo sigue girando, que siguen estallando guerras y que los hombres en la tierra aún viven mediocres y ciegos...pero pasa que deja de ser importante.

Irónicamente todo gana importancia cuando algunas cosas la pierden.
La vida, la "nueva vida imperfecta", se limita a una libertad compartida.
Y a canciones y a estrellas y a letras y besos.
Se limita a existir, sin razones y sin reglas.
Vive de sí misma.
Y sería solo comparable con una clase diferente de movimiento perpetuo, si éste existiera (si de verdad existiera).

Curiosa la cuestión de que la gente se vuelve mejores personas cuando sucede, cuando se enamora.
El mundo individual en cada cabeza deja aparte un poco de razón y recobra aquel suministro secreto que existe desde el tiempo en que se inventaron las canciones.
Consigue que alguien escape o se tome un receso de sí mismo.
Y permite que la misma vida se antoje completa.