septiembre 27, 2012

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// Por hacerme regañar el mañana desde el hoy, por tus ojos de agua de café de caramelo y por tu voz.

Te vas e ignoro qué pasa,
se me enfría el corazón en el pecho,
congela en las venas la sangre que corre;
busco abrazarte,
entibia con tu genio la apatía que se avecina;
necesito en mi cuello el aire que te sobra en los pulmones
y quiero de vuelta las horas que aún no existen.

Que me devuelvan engrosados los minutos y segundos que no habré de verte
Que me dupliquen con presencias las ausencias de tus besos que aún no vienen
Que le anuncien al destino que al reducirme tu tiempo me lo ha de pagar con creces;
de aquel empleado en buscarnos me compensen a  diez horas el minuto.

O los berrinches del mundo le prevengan de una huelga
y se aburran mis afectos y el cielo también con ellos

Que se tarden una vida en pagarme
El plazo en que cobro no es fijo,
que se acumule la deuda
al fin que no llevo prisa.