febrero 17, 2013

Tan triste como al principio

//Roña...mi gata...


¿Desde cuándo se ha pensado
que la culpa de un ser vivo
se carga desde el principio,
desde su propia existencia?

No hubo juicio ni apelaron
nadie pudo defenderte.

Han matado a un ser más noble,
más inocente que un niño,
porque los hombres han sido,
porque fueron todos niños
y porque los hombres pueden
-a veces- pueden ser malos.

Mataron cuando te han muerto
el vestigio más preciado
que le quedaba a mi pecho,
referente al sentimiento
que ha muerto junto contigo.

Todo el llanto que caldeabas
volvió para ovacionarte.
La tierra te ha tragado
y yo me trago mi pena.
Tan triste como al principio
me quedo sin tu presencia.

Los ojos que en el espejo
me regresan la mirada
extrañan tus empatías
y tu tranquila existencia
al no verte en su reflejo.

Pero has despertado a alguien
que muerto no serviría.
Ha renacido el guerrero
que lucha solo por mí;
nació cuando abandonaron
el incólume cuerpo muerto
que te acompañaba en vida.

No me olvido de la injuria,
ni descarto la injusticia…
¡No puedo volver a verte!
Y este eco me descubre
en  los silencios más tristes.

Ni aún ahora que en tu sangre
se agasajan los microbios,
que en el blanco de tu cuerpo
y en el verde de tus ojos
se impregna la tierra negra.

Ni aún ahora que la muerte
-muerte que te desintegra-
que te disuelve en los suelos
y te devuelve a la madre...

…Ni por ello justifico
una culpa insuficiente
para saciar mi tristeza,
pues fui yo quien te ha matado
al dejarte vulnerable.

Una frase habría bastado:
“Cuídala, vuelvo por ella”.
Cuatro palabras te habrían
protegido cual escudo.
Tu vida sería distinta,
pero vivirías conmigo.

Vivirías, vivirías…

Que el mundo exhale un suspiro
a tu muerte y en mi suerte
pues me han matado una amiga
y ni ahora lo concibo.

El corazón que no piensa
se acelera sin permiso
y la mente que sí piensa
externa sus arrebatos:

¡Es justo que el universo
lo entienda como lo entiendo!
¿Tan triste como al principio…?
¡Y tú para siempre ausente!

Soneto sin cuartetos a mi abuela


Joven amante de cielo y estrellas,
mujer y madre que sin conquistarlas,
alumbras lo que un sol y todas ellas.

El universo te volvió su centro:
es tu cocina quien detiene el tiempo,
y es tu corazón quien le abre la puerta.

Tres momentos tu pecho han herido;
te han derribado, pero no has caido.

A tus huesos rotos ríes orgullosa,
herencia libanesa que florece
y en tu mesa te viene delatando.

Mas nunca ha de importar el cuerpo cuando
tras una vida, el alma permanece
intacta, elegante y gloriosa.


//Feliz cumpleaños a Landy que es para ella!