mayo 28, 2012

Esta otra


//Por la sencilla suma de 4+1.  

I

Tú crees que no me doy cuenta,
pero el boceto exiguo de tu rostro
(holograma parcial de mis ensueños),
llevo impreso en la pupila.

Me arde tu presencia sobre el blanco de los ojos,
escaldan las canciones que me invento en tu mirada,
me quema el infinito de tus ojos en mis ojos en tus ojos,
me abrasan los matices de tus tonos caramelo.

No es que no me diera cuenta,
es que me gusta contarte;
sobre aquellos decibeles que en tus cuerdas me hacen fuego,
que me amarro a tu garganta resbalando por tu boca.

¿Cómo no he de darme cuenta?
Si en el pecho de esta otra
(por quien amas los desvelos),
tu corazón palpitante
sonriente late de gozo.

Y en sus sueños predilectos y en sus brazos distractores
cantas loores y proyectos,
cuando entre labios ansiosos
de besos cubres su cara.


II

Tú crees que no me doy cuenta,
pero un laxo concentrado del contenido en tu mente
(carente de sinrazones)
obra en mi suerte un milagro.

Me aletarga el rostro de los recuerdos que pierdes,
escapan de mis manos los restrojos de cordura,
me pierdo en las ausencias de tu cuerpo sin mi cuerpo sin tu cuerpo,
me anegan las sazones de tus tintes halagüeños.

Sabes que sí me doy cuenta,
de sobra que lo comprendes;
aquellas ideas andantes que comparten mi autoría,
que en tus gestos yo descubro tal cual todas las verdades.

¿Cómo no he de darme cuenta?
Si en la vida de esta otra
(conciencia de tu conciencia),
tu pensamiento anhelante
dedicas devotamente.

Y en sus liras imperfectas y en sus cuentos desabridos
imprimes tu buen talante,
cual caballero galante,
cuando paciente le admiras.

III

Tú crees que no me doy cuenta,
pero hombre de cabeza, hombre de grandes ideales,
(retórica de mis letras)
¿Cómo no he de darme cuenta?
Si en la mente de esta otra
(por quien lloras las distancias),
compartiendo elocuencias
distingues un día de otro.

Y en la mañana radiante y en las noches tempestuosas
con el alma de estandarte
declaras ante la vida
favor a tu bien amada.

¡Cómo no he de darme cuenta!
Si se halla en tu presencia la razón de mis lealtades.
Cofradía de personajes que a los pies de tu memoria
(Consiente sin y homenaje),
dedico al París del pecho
que en esta otra renace.